11 jul 2017

"ALPTRAUM": ANA PITERBARG Y LA LEYENDA EUROPEA DE DE UN MINOTAURO QUE INVADE LOS SUEÑOS


Hace cinco años, una mujer de cine hasta entonces asistente de dirección debutó con el thriller "Todos tenemos un plan", con Viggo Mortensen, cuando ya había iniciado el rodaje de "Alptraum", una ficción experimental en blanco y negro que, finalmente, se conocerá esta semana.
La trama de esta propuesta protagonizada por Germán Rodríguez, entonces parte del grupo alternativo La Fronda, y rodada principalmente en los barrios de San Telmo y Congreso, tiene como eje a un actor que sufre pesadillas, las que poco a poco invaden su realidad hasta alucinarlo.
Andreas es actor de un grupo teatral, posesivo y bastante paranoico, que recién separado de su novia, se muda a un departamento bastante sombrío que le presta su tío.
Allí conocerá a Hannah, una traductora de alemán, que comienza a obsesionarlo, igual que sus pesadillas donde es poseído por Krampus, una bestia demoníaca.
En busca de interpretar sus sueños, se internará cada vez más en aquel mundo tan brumoso como fantástico, que lo acorrala hasta alucinarlo por completo.
En esas pesadillas (el significado del título en alemán es "pesadilla") que se reiteran, este joven personaje se aparece él mismo como un lóbrego minotauro.
Piterbarg, que con Fernando Spiner se encargó de adaptar para la TV "Los siete locos" y "Los lanzallamas" de Roberto Arlt, que ahora piensan convertir en un largometraje para cines, habló con Télam de esta producción resuelta con absoluta independencia.
¿Este es un viejo proyecto, no?
Ana Piterbarg: De hecho empecé a filmarlo antes de "Todos tenemos un plan", mientras esperaba que se concrete la financiación de la película de manera totalmente independiente y autogestiva, la escribí y la empecé a rodar. Quedó en el cajón porque apareció Viggo Mortensen y con él la que fue mi primera película, que toma un camino particular
¿Y cómo vuelve?
La retomé y tuvo un largo proceso de terminación porque en todo sentido fue a pulmón.
Además no es para nada convencional...
Es un poco corrida de cierto circuito, incluso después del que ya me asociaban por "Todos tenemos un plan", con una idea más industrial. También fue tratar de descubrir a lo largo de las distintas etapas, versiones de montaje por las que pasé, y de las experiencias de ida y venida con otros técnicos y otros artistas, músicos, sonidistas, un proceso en el que también se fue sumando gente por amor al arte, que íbamos haciendo en la medida que podíamos, algo que fue también demorando el producto final. Fue bueno, como proponerme un camino distinto y en cierto sentido muy libre.
Tras el pase en un working progress de Mar del Plata, un cronista estadounidense habló del proyecto como inspirado en Roman Polanski, quizá por la idea del personaje acorralado. Un poco de eso tiene y también algo del "Eraserhead", de Lynch...
La película nace con la idea de un monstruo pesadillesco persiguiendo al protagonista, una especie de minotauro escapado de algún lado, con esa ambigüedad que tiene el sueño, que se siente tan real y al mismo tiempo pertenece a otro plano. No sabe si lo que soñó fue muy vívido o un hecho real. Hay también una ambigüedad con el tiempo, con lo que pasa en esos dos planos. Tanto Polanski como Lynch son directores que me hicieron interesar en el cine cuando empecé. Busco por esos caminos, no es casual que antes de quedarme con el cine había empezado a estudiar medicina.
¿La historia camina por una cuerda floja?
No sabés si lo que ves es real o no, como el personaje voyeur que empieza a obsesionarse. Es un cine que a mí particularmente me entretiene. Me encanta que haya vuelto "Twin Peaks", que particularmente disfruto mucho. Da bastante miedo animarse con temas como estos. Cronenberg fue clave como referencia para mi otra película. Es un tipo de cine que me encanta, y no porque el realismo sea fácil: siempre hacer una película es difícil, sea el género que sea, el tono que sea, pero hacer cine como el de estos referentes es un desafío extra.
El blanco y negro es otro desafío...
AP: Uno sabe que si hace una película en blanco y negro a priori la recorta a un determinado público. Hay casos excepcionales. Para mí remite a eso del thriller psicológico de los 60 o 70, algo que personalmente creo que construye, como algo que lo corre del realismo en colores.
Hay una narrativa que tiene ver con el pensamiento del protagonista...
La idea era construir el pensamiento de este personaje discontinuo, con sus relaciones personales, amorosas, que es evidente tiene problemas y por el otro lado había un mundo que me resultaba atractivo y me resulta muy simpático, que es el del folclore del actor independiente, muy entretenidas, que fueron apareciendo, lugares comunes vistos desde adentro.
Una especie de juego grupal...
Para poder crear ciertas cosas uno tiene que poder bajar los niveles de prejuicio y permitirse entrar en el juego, que si se mira desde afuera puede ser patético o gracioso. Hay algo de asociación libre, cómo se construye esa lógica del discurso cuando no es lógica, sino tiene que ver con la asociación libre, como si fuera una especie de cadáver exquisito, apelando a lo surrealista, sumo esto y esto... y qué pasa.. Como que una cosa nos va llevando a la otra.
Convengamos que estás asumiendo un gran riesgo.
Para mí la película corre un montón de riesgos. En un momento yo decidí tirarme a la pileta y decir "Bueno, listo", lugares que no son muy seguros incluso para mí misma. Por eso me resulta tan gratificante poder estrenarla y poder compartir esto. Quiero que el espectador pueda entrar en esa "lógica" particular del sueño, la sensación del tiempo, ¿lo soñé, no lo soñé?, ¿se me está repitiendo esto?. En ese "¿me parece o es así?", está la paranoia como un estado delirante de cuando uno está despierto. Todos lo tenemos muy instalado: creo que hay algo de la exposición que alimenta esa paranoia y que si vos la dejás corretear libremente no sabés adónde te va a llevar.
¿Es difícil hacer cine? ¿Es difícil hacerlo aquí?
AP: Pienso que hacer cine es una de las mejores profesiones que pueda elegir alguien en la vida; aunque también es cierto que no es tarea sencilla de sostener, más aún en los tiempos que corren.

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