23 dic 2017

"ZAMA": CRÓNICA DE UNA ESPERA EN VANO

Después de obras consagradas, como "La ciénaga", "La niña santa" y "La mujer sin cabeza", y tras una serie de avatares que siempre rodearon a la posibilidad de llevar la historia de "Zama" al cine, Lucrecia Martel pudo lograr aquello que parecía imposible.
Es sencillo descubrir de qué se trata "Zama", la nueva, audaz y desafiante propuesta de Martel, que abreva en la anécdota del relato con el mismo título de Antonio Di Benedetto y su costado filosófico: sólo es necesario detectar esa verdad apenas comienza.
El oficial corregidor don Diego de Zama es un hombre en un lugar equivocado, alguien que no parece conforme con la vida, del que no se conoce nada de su pasado pero sí de su presente y se puede también desentrañar, en poco tiempo, que su infelicidad es inexorable.
No es prioritario conocer la valiosa obra literaria (elogiada por Jorge Luis Borges y Juan José Saer) que precede a esta de Martel, absolutamente autoral, ya que la literatura tiene su lenguaje y el cine el suyo: y "Zama" deviene una obra dueña de un elaborado discurrir cinematográfico.
El original de Di Benedetto, se ha juzgado largamente, es un opus descomunal dentro de la literatura latinoamericana, sin embargo Martel, muy acertadamente, no se somete a la simple adaptación sino a dejarse llevar por la interpretación, con su propia semántica y caligrafía.
Eso le da la posibilidad a la directora de construir una obra con lenguaje propio algo que difícilmente se detecta en los últimos tiempos en todo el cine, sea local o internacional, elemental o deficitario en diferentes aspectos, vacío de contenido y rutinario en lo estético.
La pregunta que se hace Martel, que interpela al espectador a través de lo que nos cuenta, es qué hace ese hombre en medio de lo salvaje, si es en verdad la ambición lo que lo moviliza a estar tan lejos del que se supone, lejos, debería ser su lugar.
La búsqueda de El Dorado, que en cine ya se había visto en "Aguirre, la ira de Dios", de Werner Herzog vuelve aquí a tener un peso predominante detrás de la figura de este hombre solo entre muchos otros que aspiran a llevarse un botín para la corona o ellos mismos.
La locura e irracionalidad en la selva amazónica encabezada por Lope de Aguirre, en su caso en el siglo XVI de Pizarro, cambia por la calma, también irracional, salpicada de sangre, la de medio centenar de tribus, que son parte de esa naturaleza y la de los colonizadores.
Se supone que don Diego de Zama está en la primera Asunción del siglo XVIII, y aguarda un traslado que es clave para él, pero para lograrlo debería superar los obstáculos que finalmente incluirán la captura de un forajido portugués, famoso por su crueldad.
En buena medida Zama no es ni héroe ni villano, es decir algo así como un hombre de aquellos tiempos sumido a la oscuridad de un laberinto entre kafkiano -o borgeano-, en la incertidumbre de sólo saber que su destino responde a una ruta diseñada por otros.
Este hombre desea salir de ese lugar horrible y hediondo, y hasta sorpresivo, en el que se va sumergiendo, forzado a un descenso dantesco por los círculos del infierno, un trayecto que se prolonga con cada nueva e inexorable postergación, hacia un destino trágico.
El paisaje de cada episodio en esta sucesión de derrotas, en esta caída por la pendiente que lleva al horror mismo, es verde intenso y por momentos brillante, en medio de tanto barro y suciedad, de olores nauseabundos, de ropa percudida o de infección.
Martel va de la oscuridad al claroscuro, de la supervivencia en medio de la tapera con muebles viejos, a la casa del gobernador atiborrada de fulleros y donde era necesario desde pedir permiso para respirar, hasta esperar, ya sin esperanza, una respuesta.
Hay murmullos, ecos fantasmales, explicaciones que se repiten, discusiones, soberbia, humillación, mentiras, miradas torvas, desilusión, desesperación, traición y resignación, porque de eso se trata la pasión de Zama, la del hombre que está solo y espera su destino.
Hay varios oportunos subrayados que Martel logra dar a su relato: la imprecisa localización en Asunción, centro del Gran Chaco guaraní pero fuera de tiempo y la data igual de vaga acerca del funcionario, que pueda dar alguna pista más del enigma que encierra.
Daniel Giménez Cacho expresa sin necesidad de textos la desesperación del personaje, que a veces asoma su voz, como si se tratarse de un relator, un casting perfecto en el que también tienen peso Juan Minujin, pero en especial Rafael Spregelburd y el brasileño Matheus Nachtergaele.
También hay música, muy curiosa, que echa mano boleros mexicanos del siglo 20 pero con cuerdas que parecen de arpas, y hasta recuerdan al citar de Antón Karas en "El tercer hombre", y en el final las melodías que recuerdan a Arturo Ripstein o Pedro Almodóvar.
Zama tiene la ilusión de sobrevivir a pesar de su agonía en el bote que surca el río Paraguay: la proa va cortando las aguas tupidas de camalotes mientras el niño remero le pregunta si quiere vivir, un susurro detrás de las cuerdas que tocan "Muñequita linda", y palpitan aquel sueño que no fue.

25 nov 2017

NAHUEL PÉREZ BISCAYART Y "120 PULSACIONES POR MINUTO", DE ROBIN CAMPILLO


En mayo de 2017 compitió por las Palmas de Oro: Nahuel Pérez Biscayart, un actor argentino que a los 31 años ya acredita 28 largometrajes, la mayoría ya estrenados, un puñado rodados en diferentes países europeos, 14 miniseries y numerosos cortos, es protagonista de “120 pulsaciones por minuto”, de Robin Campillo.
En el tercer filme de este director francés, Pérez Biscayart interpreta a Sean Dalmazo, un militante del grupo Act Up París (AIDS Coallition To Unleash Power), que luchaba en la década del 90 por la prevención, la investigación y y los subsidios para el tratamiento de los afectados por este HIV que causaba estragos especialmente en jóvenes.
-¿Cómo fue que empezaste a hacer cine en el exterior?
-Se dio de manera bastante accidental. La primera película en la que trabajé en Francia me llegó porque el director había visto "La sangre brota" que se había estrenado en París, otra porque la directora me vio en una película en la televisión española, otra a través de un mismo director de casting que ya me había llamado para una peli anterior. En otra ocasión, fue a través de mi agente alemán que me puso en contacto con el director. .. en fin… No hay regla, ni planificación, todo se fue configurando bastante solo, y lo único que hice fue ir tomando o dejando.
-Pero hubo una búsqueda de tu parte...
-Siempre me interesa llegar a lugares desconocidos, aprender su lengua y su cultura. Actuar en una lengua desconocida y descubrirte disfrazado con sonidos raros te invita a redescubrirte, a tocar la esencia o a descubrir nuevas personalidades en uno mismo.
-¿Vas y venis de París?
-Sólamente paso un tiempo de tanto en tanto cuando tengo proyectos. El año pasado sí estuve casi todo el año acá porque se me encadenaron tres películas. Sino, cuando no tengo nada concreto, no me quedo en París. Tengo unas valijas en un sotano, es todo.
-¿Qué tan diferente es trabajar aquí o en Europa?
-Europa es bastante amplio y diverso. En los países en los que trabajé, no veo tanta diferencia. Las estructuras de producción son bastante similares. No así sus recursos. Las películas en que me tocó trabajar tuvieron un financiamiento importante, con condiciones de trabajo muy buenas. Hay algunos roles que cambian, sobre todo entre dirección y producción en cuanto a quien se ocupa de determinadas cosas.
-¿Pero hay diferencias entre un país y otro..?
-En Alemania, noté una obsesión con ser efectivo e invencible. Las jornadas podían durar más de 14 horas y retomar a las 6 horas sin escuchar ni una queja. Mientras que en Francia, podés almorzar con vino y terminar más temprano. En España no se puede filmar si no se hace la pausa "bocata" a media mañana, es sacrilegio. En Suiza tuvimos un camión de catering atendido por un italiano que nos hacía platos de diferentes países cada día…. siempre todos enamorados intentando darlo todo por la película.
-¿Y aca…?
-Acá en Francia el año pasado protagonicé dos películas de bastante peso teniendo un recorrido casi nulo en el cine francés. Veo acá una notoria apertura a lo nuevo y un respeto del deseo genuino de los directores bastante más fuerte que en Argentina. No es necesario hacer televisión diaria o estar expuesto por fuera de tu trabajo para poder estar al frente de proyectos grandes y de calidad.
-Eso empuja a salir al exterior…?
-Algunos creen que me fui, pero no es así. Algunos argentinos nos comportamos como huérfanos abandonados por nuestros abuelos europeos, y aquel que toca tierra del otro lado del mar es como si hubiera logrado recuperar ese amor trunco. Somos perseguidos por ese fantasma del viejo continente: esa versión acabada de lo que desearíamos ser o haber sido. "Claro, no volvés más vos!", dicen. Yo ya dejé de usar los verbos volver y venir. Estamos a más o menos horas de distancia, es todo. Si hay proyectos interesantes me sumo, más allá de donde se den. Viajo siguiendo los proyectos y me instalo temporaralmente. Soy nómade hace ya 5 años.
-¿Cómo te llegó esta película?
-Llegó a través de Sarah Teper y Leila Fournier, directoras de casting que conocí hace mucho tiempo al momento de presentar "Au fond des bois" de Benoit Jacquot.
-¿Cómo es tu personaje?
-Es un militante de Act Up París (AIDS Coallition To Unleash Power) a principio de los 90s antes de la llegada de las triterapias antiretrovirales contra el HIV, un pibe que adoptó la causa como su principal motor de vida. Quiere darlo todo para mostrar la injusticia los enfermos ante la ausencia de políticas de estado de prevención, tratamiento e investigación. Otro joven recién llegado al grupo se interesa en él, desea acompañarlo en su lucha, pero sobre todo estar a su lado en lo que parece ser la recta final.
-¿Qué tanto sabías del Act Up?
-Poco y nada más allá del triángulo rosa y alguna que otra imagen de archivo. Espero que con esta película algo de estos héroes llegue a un público que igual que yo antes de adentrarme en el proyecto, no los conocen.
-¿Cómo fue asumir el compromiso?
-Si bien navega en un contexto político, de exaltación de la lucha, y en el cual sus personajes dan todo por la causa, ese no es el único eje. Tiene muchas capas y se mete en la intimidad de los personajes. Es un gran cuerpo colectivo compuesto por muchos personajes que viven su implicación en la lucha de maneras muy diferentes, cada uno con sus motivaciones personales.
-Una historia de luchadores...
-Las lecturas en torno a al peso de sus acciones, y al rol jugado en ese momento de la historia, son cosas ajenas a la actuación: al momento de actuar todo es presente. Desde lo personal, admiro a los que han transformado sus dolores en luchas colectivas, que han dado todo por transformar la realidad sin siquiera saber si vivirían para disfrutar de sus logros.
-Me acuerdo de tu lucha por los celíacos en su momento... ¿Te sirvió aquella experiencia?
-Sí. Se remonta incluso más atrás que eso. A todas las marchas que fui desde que tengo memoria, a caballito de mi padre, a upa de mi madre, agarrado fuerte de mi hermana. Recuerdo ser niño en todas esas manifestaciones, en las que por mi altura no llegaba a registrar las caras, pero sentía el clamor, la unión de los gritos y los cuerpos, el calor, el avanzar colectivo. Toda esa energía sólo existe cuando uno es parte de la masa, cuando ve en el otro su lucha personal replicada y fortalecida.
-¿Vas a volver a hacer cine en Argentina?
-Me encantaría. Estaba confirmado para una película pero me dieron por no ser famoso. Siento que el miedo ante la situación catastrófica que se está viviendo, no hace más que acentuar la tendencia a ir a lo seguro, a lo rentable. O quizá sea simplemente un caso aislado de un director sin el peso suficiente para poder plantarse y defender su deseo.


NATALIA OREIRO: NASHA NATASHA Y SHOWS

Natalia Oreiro es una de las grandes figuras del cine y la televisión en la Argentina, y la música además en el esto del mundo, en especial en Rusia, donde sus shows son multitudinarios y su popularidad es más grande que la del mismo Messi.
Este es un reporte gráfico, con imágenes entre las que se destacan algunas del documental "Nasha Nartasha", que la sigue precisamente por Rusia, del cineasta como ella uruguayo Martin Sastre y que, es de esperar, alguna vez pueda verse en la Argentina.
Aquí van las imágenes:





9 ago 2017

DISCURSO TRANSCRIPTO DE LA ENTREGA DE LOS 65 PREMIOS CONDOR


Un año muy particular para la Argentina, un año muy particular también para el cine: parece que las cosas, de pronto, están un poco más tranquilas, y eso es bueno. No creo en la existencia de la palabra grieta en la Argentina, y mucho menos en el mundo del cine. No existe, Olvidemoslá. Tratemos de borrala de nuestras cabezas porque eso nos va a ayudar a seguir construyendo lo que es el cine argentino

Por un lado eso, por otro lado hoy es el día de San Cayetano, el día del patrono de los trabajadores, y quería recordar en este caso a algien que puedo considerar un amigo, que está todos los días en la Estación Gardel, donde estaba el Mercado de Abasto, pidiendo limosna en ese lugar. Santiago Pinetta, es un periodista que denunció corrupción y por eso fue condenado a un vida básicamente miserable. Santiago Pinetta, en los años 60, en uno de los Festivales de Mar del Plata, probablemente haya sido el único periodista argentino que entrevistó a Emmanuele Riva, la actriz de “Hiroshima Mon Amour”. Para él, que está todos los días allí viviendo de la caridad ajena, les pido por favor un aplauso.

Sin que se malinterprete de cualquier lado de la política argentina, que es bastante diversa y variopinta, querría hablar de la situación de los que somos periodistas, y los que lo somos puntualmente cronistas de cine o críticos de cine.
Hablaba días atrás con con un colega, que muy dificilmente, de acá al futuro, un chico como nosotros cuando éramos chicos, podría escribir sus primeras críticas de cine en un cuaderno, sus primeros apuntes de cine, y pueda en el futuro vivir de esta profesión. No es nuevo, hace rato que está ocurriendo. El tema es qué futuro queremos tener respecto a nuestra gente que escribe de cine, y esa es una tarea importante en la que todos estamos comprometidos, porque es un ida y vuelta, porque nosotros devolvemos a la gente que hace cine, todos los años, con este premio, o al menos intentamos, devolverle algo de eso que a veces les duele o a veces los regocija. Estamos en un lugar bastante complicado, pero a fin de cuentas todos estamos tratando de que el cine principalmente el argentino crezca.

También es cuestión de ver en qué situación estamos en la Argentina, en este momento, o sea, una situación dificil de analizar. Quizás la perspectiva en algún tiempo, quizas en algunos meses o quizás el año próximo, podamos interpretar mejor que es lo que ha pasado en el último año, es decir entre octubre del año pasado, cuando hicimos la entrega anterior y esta que debió haberse hecho en junio pero que, motivos nunca faltan, tuvimos que finalmente postergarla hasta estos días.

Según el Instituto de Cine, un informe que me acaban de pasar, en el año ya se asignaron... yo lo traduje a dólares para que se vea -respecto a la industria internacional- cómo se maneja este tema… En la Argentina se han otorgado más de 10 millones de dólares en créditos, y hay otros firmados por otros 8. Las opiniones al respecto las tienen que dar ustedes. Yo no las voy a dar yo. Hay un total de unas 100 películas, entre créditos otorgados o a punto de culminar esa gestión. A lo largo de este año se estrenaron más de 80 largometrajes, es decir estamos en una cifra bastante parecida a la del año pasado, quizás la disminución sea mínima. Eso habla a las claras de que se sigue en actividad, de que hay una incercia que no se detiene. Por otro lado tras los sorpresivos cambios que hubo en el Incaa, ese es tema de otro lugar, de otros ámbitos de discusión, tenemos a un nuevo vicepresidente que es Fernando Juan Lima. Viene de la crítica, pero especificamente del ámbito jurídico pero también es crítico de cine, y eso también es importante porque, hace ya muchos años... yo casi no tengo memoria y recién me recordaban que el último crítico que tuvo un rol de esa importancia en el Incaa fue nuestro queridísimo socio Salvador Sammaritano (aplausos). Es un hecho auspicioso porque esto nos enorgullece, que un crítico de cine llegue a ese rol. En los aspectos jurídicos, bueno, yo no me meto porque no soy abogado ni nada parecido… Pero bueno, le deseamos la mejor de las suertes, y que pueda materializar aquello que seguramente ya esta pensando para el futuro.

Por otro lado también estamos muy contentos de que la DAC restaure películas y que la semana que viene se puedan mostrar en la tan postergada reinauguración de la Sala Leopoldo Lugones que hoy mismo vamos aquí vamos a conmemorar su 50 aniversario de esas funciones a las que todos los que más o menos los que tenemos la misma edad, íbamos cuando éramos chicos, y fue nuestra escuela de cine, no hay duda de que así lo fue, y el hecho de que haya estado algun tiempo detenida en una situación complicada no hace que en un futuro próximo, inmediato, esto cambie, vuelva a tener la misma dinámica y vuelvan a pasar allí estos chicos y jóvenes que en el futuro ejercerán la crítica, no sabemos si en medios convencionales como los que conocemos, en papel, lo digital o de la forma que fuese, porque el mundo cambia y cambia permanentemente.

También queríamos anunciar que nuestra entidad, y en virtud de todos estos cambios que se están produciendo, va a donar próximamente, en cuanto la Cinain, la Cinemateca Nacional tenga una sede permanente, un lugar físico en donde funcionar, un proyector de 35 mm. que, evidentemente, tiene además la carga de la historia. Por la Asociación han pasado muchísimos de los críticos, desde el año 1959 cuando fue inaugurada, hasta recientemente cuando practicamente se dejo de usar el fílmico. Han pasado numerosos críticos famosos, ha pasado el Cine Club Nucleo, que manejaba precisamente Salvador Sammaritano y también han habido cursos, mucha actividad que forma parte de la historia. Por ejemplo allí se dió “Amalia”, con los integrantes del elenco o técnicos sobrevivientes, que fue una de las primera películas del cine argentino.

Este año fue un año difícil para resolver el tema premios, de eso no caben dudas, y vuelvo a reiterar lo que ya dije en una entrega anterior, que todos los nominados merecerían igualmente ganar el premio. No es descabellado pensar que al azar, tomando cualquiera de las películas o cualquiera de los nominados estaríamos acertando en la elección, y eso no es poco, porque hay películas muy diferentes: de 1 millón de espectadores, de 700 mil, de 100 mil, o quizás menos, pero son todas películas que de alguna manera están reflejando esa imagen que nosotros queremos dar de nosotros mismos. El cine es un espejo de nosotros mismos, en tanto y en cuanto este cine nos refleje vamos a sentirnos identificados, y esas películas van a mostrarnos a todo el mundo.

Quiero agradecer a toda la gente que apoyó esta entrega de premios, al Sistema Nacional de Medios, a través de Jorge Sigal y también de Hernán Lombardi, quiero agradecer al CCK y a Karina Befart que también estuvo a cargo de todo este movimiento aquí adentro, a Mozzi, que es el que conduce todo esta historia, quiero también agradecer también a las autoridades del INCAA que siempre han sido firmes defensores de nuestras entregas de premios y este año han vuelto a hacerlo. En este caso en particular quería hacerlo a Ralph Haiek, su presidente, al gerente general, Juan García Aramburu, y a toda la gente nueva que se está incorporando al INCAA ahora, como Mercedes Funes, también a Pablo Bolado, que también colaboraron muchísimo, en toda esta cuestión de papeles que hay que hacer para que esto puedan llegar a la práctica, lo solucionaron y aquí estamos hoy. Y también quería agradecer al Ministerio de Cultura, que es el cual a través del que el INCAA está haciendo todo esto, en el caso particular a Pablo Avelluto y Enrique Avogadro.

Creo que dicho esto, solo nos queda esperar ver los premios. Insisto con esto, el cine no tiene grietas, no tenemos porqué reaccionar de manera alguna con las cosas que ocurren, porque todo va a volver a la normalidad, y todo está volviendo a la normalidad de a poco, es cuestion de que nosotros seamos concientes: no hay ninguna lucha que se pierde, solo la que se abandona.


Eso es lo que quería decirles, les agradezco mucho por haber llenado toda esta platea, que es importantísimo para nosotros. Gracias, y hasta el año que viene.

LOS 65° PREMIOS CÓNDOR DE PLATA AL CINE NACIONAL

La Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina realizó anoche en el Centro Cultural Kirchner la 65 entrega de los Premios Cóndor de Plata que reconoció a las mejores películas argentinas estrenadas en la temporada 2016. La luz incidente y Gilda, no me arrepiento de este amor fueron las principales ganadoras con 7 estatuillas cada una.
La luz incidente, de Ariel Rotter, se coronó como mejor película, mientras que Gilda, no me arrepiento de este amor, se quedó con el Cóndor de Plata a la mejor dirección para Lorena Muñoz.
Óscar Martínez se llevó el galardón a la mejor actuación masculina por su papel en El ciudadano ilustre, mientras que el rubro femenino fue compartido por Érica Rivas y Natalia Oreiro por sus trabajos en La luz incidente y Gilda, no me arrepiento de este amor, respectivamente.
Lautaro Delgado ganó su segundo Cóndor consecutivo como actor de reparto, esta vez por su rol en Gilda, no me arrepiento de este amor. Por su parte, Susana Pampín obtuvo el correspondiente a la actuación de reparto femenina por La luz incidente, película que también ganó por su guion original a cargo de Ariel Rotter.
La larga noche de Francisco Sanctis se llevó el Cóndor de Plata al mejor guion adaptado a cargo de Francisco Márquez y Andrea Testa, mientras que El invierno, de Emiliano Torres se consagró como Ópera Prima y Favio, crónica de un director, de Alejandro Venturini se impuso en el rubro documental.
Finalmente en el rubro Mejor audiovisual para plataformas digitales el galardón se lo llevó Nafta Súper, del director Nicanor Loreti y Error 404, de Mariana Wainstein, ganó en el rubro cortometraje.
En este nuevo encuentro con el cine nacional hubo, como ya es costumbre, reconocimientos, esta vez a la Cinemateca Argentina por los 50 años de la Sala Lugones, del Teatro San Martín, en manos de Marcela Cassinelli, titular de la Fundación Cinemateca Argentina, y su programador, el crítico Luciano Monteagudo. Asimismo, se hicieron homenajes a las trayectorias de grandes figuras delante y detrás de la pantalla: Miguel Ángel Solá, Ana María Picchio, la productora y directora Lita Stantic y al periodista Guillermo Álamo.
El evento, que fue conducido por Gabriela Rádice, entregó 21 premios Cóndor de Plata a la producción local, así como dos estatuillas dedicadas a la producción extranjera estrenada en 2016, uno a la mejor película iberoamericana (El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra), y el otro para las del resto de los países (Carol, de Todd Haynes).
La Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina fue fundada en 1942 y desde entonces desarrolló una actividad constante en la difusión y fortalecimiento del cine nacional, ya que desde el mismo año de su fundación entrega los Premios Cóndor de Plata, el galardón con mayor continuidad dentro del cine argentino.
En la primera ceremonia de premiación resultó distinguida como Mejor Película La guerra gaucha, de Lucas Demare.

Ganadores Cóndor de Plata 2017

Mejor Película: La luz incidente de Ariel Rotter

Mejor Dirección: Lorena Muñoz por Gilda, no me arrepiento de este amor

Mejor actriz:  (Ex aequo) Natalia Oreiro por Gilda, no me arrepiento de este amor y Érica Rivas por La luz incidente

Mejor actor: Oscar Martínez por El ciudadano ilustre

Mejor actriz de reparto: Susana Pampín por La luz incidente

Mejor actor de reparto: Lautaro Delgado por Gilda, no me arrepiento de este amor

Mejor guion original: Ariel Rotter por La luz incidente

Mejor guion adaptado: Francisco Márquez y Andrea Testa por La larga noche de Francisco Sanctis sobre la novela homónima de Humberto Costantini

Mejor ópera prima: El invierno, de Emiliano Torres

Mejor documental: Favio, crónica de un director, de Alejandro Venturini

Mejor audiovisual para plataformas digitales: Nafta Súper, de Nicanor Loreti

Revelación Femenina: Rosario Shanly por Juana a los 12

Revelación masculina: Valentín Greco por Hijos nuestros

Mejor Fotografía: Guillermo Nieto por La luz incidente

Mejor Montaje: Alejandro Brodersohn  y Ernesto Felder  por Gilda, no me arrepiento de este amor

Mejor Sonido: Leandro de Loredo por Gilda, no me arrepiento de este amor

Mejor diseño de arte: Alí Chen por La luz incidente

Mejor diseño de vestuario: Julio Suárez por Gilda, no me arrepiento de este amor y Los inocentes

Mejor banda de sonido original: Mariano Loiácono por La luz incidente

Mejor maquillaje y caracterización: Alberto Moccia por Gilda, no me arrepiento de este amor

Mejor Cortometraje: Error 404, de Mariana Wainstein

Película Iberoamericana: El abrazo de la serpiente de Ciro Guerra (Colombia/Argentina)

Mejor Película en Lengua Extranjera: Carol, de Todd Haynes

12 jul 2017

SANTIAGO MITRE Y "LA CORDILLERA": "ME INTERESA LA POLITICA COMO UN TERRITORIO PARA TRATAR LA FICCION"



Santiago Mitre presentó su tercer largometraje, "La cordillera", en la sección Una cierta mirada de Cannes, junto a parte de su elenco encabezado por Ricardo Darín, Dolores Fonzi y Erica Rivas, y explicó las raíces de este relato acerca de un presidente argentino que al mismo tiempo que participa de una cumbre regional atiende a su hija en estado de crisis, y recibió el caluroso recibimiento de una sala repleta de acreditados.
El autor de "El estudiante" y "La patota", con la que ganó el Gran Premio de la Semana de la Crítica de Cannes en 2015, vuelve al festival pero esta vez en una de las dos secciones más importantes, con esta historia que tiene que ver con un presidente argentino acorralado por una cumbre latinoamericana que se celebra en los Andes chilenos, y su propia historia familiar. 
Mitre habló acerca de esta producción en la que también participan Dolores Fpnzi, Erica Rivas, Gerardo Romano, la chilena Paulina García, la española Elena Anaya y el estadounidense Christian Slater que se estrenará el 17 de agosto en Argentina.  
"La cordillera" tiene una trama que arranca de una forma para después pegar una vuelta de timón... 
-Sí, la película muta, si bien empieza con un tono realista cercano al documental, hasta que aparece un elemento fantástico, es decir que navega de un lado y otro de una frontera, que tiene que ver con cuestiones interpretables como mágicas o cuestiones más concretas. 
-Para el presidente protagonista, de ambos lados de la propia cordillera, o frontera, por la que camina, hay abismos... 
-Es una linda frase para definir esa sensación. Está en la cumbre viendo el abismo en el pasado y en el futuro, que se siente cuando se está en soledad. Hace un tiempo tuve una conversación con un ex presidente no argentino, que me dijo una frase así como que nunca se está tan solo como cuando se tiene poder, y había algo de eso que me parecía una idea ordenadora, como intentar estar en la cabeza de ese presidente en particular -T: --Hay un juego entre realidad y ficción... 
-Y de cómo de esa construcción política que hizo con su pasado, tal como presenta la historia, es parte de una ficción que su hija viene a poner en primer plano. Uno puede especular con qué es real y qué fantástico, y era eso lo que buscábamos en el proceso de escritura con Mariano (Llinás) y luego con (Ricardo Darin), que uno empiece a dudar del personaje, de las cosas que dice, de sus intenciones, y ponerlo más en juicio. 
-Hay una idea común, poco definida, acerca de la gente que ocupa lugares de poder, pero las apariencias engañan, dice el refrán... Como que nada en verdad es lo que parece, y no hay que creer lo que se ve, como sentenció Hitchcock varias veces. 
-El personaje está en blanco, como su apellido, y está decidiendo en qué lugar ubicarse, porque lleva pocos meses en el gobierno, es visto por la opinión pública y cierto periodismo como un presidente débil que está aliado a Brasil por conveniencia en su momento y debe definir su estrategia política, cuál es el lugar que va a ocupar en el panorama político durante esa cumbre, es como el relato de iniciación de un mandatario, cómo toma decisiones para considerarse un hombre poderoso. 
-En "El estudiante" está esa idea de cómo transitar el camino para llegar a la meta, alguien que desde afuera ve las cosas de una manera y una vez adentro debe tomar decisiones... 
-"El estudiante" es míticamente un relato de iniciación trabajado con una perspectiva más realista, lo que la vuelve un poco más metonímica es que está ambientada en una facultad, pero en este caso lo que queríamos con Mariano era sacarnos de encima el realismo, por eso la película empieza de un modo más transparente, y por eso la escena inicial de alguien entrando a la Casa Rosada y buena parte de lo que sigue, la construcción de los personajes, la llegada al Salón Blanco, el avión presidencial... eran como para estar en el corazón de este grupo que ejerce el poder. Después aparecen los elementos hitchcockianos, que yo pudorosamente voy a decir que confieso intentamos incluir. 
-Por ahí llega el suspenso... 
-Siempre intenté pensar esta película como "de género", y para cualquier cineasta que quiera hacer algo de género, Hitchcock es al cine de suspenso como Aristóteles a la filosofía. 
-¿Y cómo armaste a los otros personajes? 
-A mí me gustan mucho los diálogos y no le tememos a las escenas muy verborrágicas, pienso que hay que tener muy bien construidos a los personajes para poder tener diálogos elaborados. Sin embargo, hay que sacarlos de la funcionalidad narrativa y darles una entidad específica. Trabajamos tanto los personajes que aparecen como incluso a algunos que no, para definir mejor el entorno. Teníamos en claro el entramado político de aquí y de otros países, y por eso fuimos armando como juegos de rol, imaginar que tal presidente se parece a tal otro, pero en realidad no es el del mismo país. 
-En lo político ¿cuál era la idea era...? 
-Esa política que hay en Latinoamérica, de nacionalistas versus libre mercado, algo que la película pone en escena 
-Para vos, ¿la política es el gran tema? 
-A mí me interesa la política como territorio en el cual trabajar la ficción, me parece porosa, y absorbe muy bien este tipo de fábulas de poder sobre las cuales me divierte escribir. Es un territorio que aparece cada vez que me pongo a pensar algo para escribir. 
-Pero es una política en la intimidad... 
-En este caso yo quería trabajar puntualmente sobre la intimidad de un presidente versus su construcción pública. Había algo de eso que me impresionaba. Cuando te ponés a pensar en la figura pública de un presidente, su construcción política involucra a su familia, el pasado, todo, nada está libre de la política y tiene que manipular incluso su historia familiar como para que encaje dentro de su historia política, y eso es lo que queríamos trabajar y poner en jaque. 
-Realidad y fantasía... 
-SM: A mí me gusta el cine que hace eso de combinar realidad con fantasía, que tiene un diálogo lateral con la realidad, que desafía al espectador a usar su inteligencia y a poder relacionar lo que ve en pantalla con cosas que recuerda o lo ayudan a asociar de un modo inteligente. En eso yo creo que el espectador agradece cuando se lo interpela de esa forma. 
-Y en esa ficción algo de misterio... 
El misterio siempre es más potente y que el final pueda dialogar con las posiciones políticas del espectador. Me parecía mucho más potente que explicarlo todo 
-¿Y qué lo que más te gusto del trabajo de Ricardo? 
Que es suficientemente enigmático, y puso el cuerpo. Es notable cómo desde el principio va oscureciendo el personaje, llamado paradójicamente Blanco, que parece tan diáfano y termina siendo tan oscuro. 
-Hay también mucho trabajo de cámara... 
El lenguaje de cámara acá me permitió endurecer la ficción, es opuesto a la estética de "El estudiante". Descubrí cuánto disfruto de esto, pero desde que terminé la película pienso que, tal vez en el futuro, me gustaría hacer una película de terror. 
-¿Cómo definirías "La cordillera"? 
-Quizás sea un paso adelante de "El estudiante". Nuestro cuco era caer en "House of Cards". Queríamos hacer algo más sofisticado y que hablase de política, como te dije, en términos más metonímicos, más laterales. Hacer una caracterización de la política a través de la trampa, a partir de creer en los ideales, creo que ya lo había trabajado en mi primer largometraje. Ahora quería ser más libre y hacer un thriller me permitió lograrlo.

11 jul 2017

"ALPTRAUM": ANA PITERBARG Y LA LEYENDA EUROPEA DE DE UN MINOTAURO QUE INVADE LOS SUEÑOS


Hace cinco años, una mujer de cine hasta entonces asistente de dirección debutó con el thriller "Todos tenemos un plan", con Viggo Mortensen, cuando ya había iniciado el rodaje de "Alptraum", una ficción experimental en blanco y negro que, finalmente, se conocerá esta semana.
La trama de esta propuesta protagonizada por Germán Rodríguez, entonces parte del grupo alternativo La Fronda, y rodada principalmente en los barrios de San Telmo y Congreso, tiene como eje a un actor que sufre pesadillas, las que poco a poco invaden su realidad hasta alucinarlo.
Andreas es actor de un grupo teatral, posesivo y bastante paranoico, que recién separado de su novia, se muda a un departamento bastante sombrío que le presta su tío.
Allí conocerá a Hannah, una traductora de alemán, que comienza a obsesionarlo, igual que sus pesadillas donde es poseído por Krampus, una bestia demoníaca.
En busca de interpretar sus sueños, se internará cada vez más en aquel mundo tan brumoso como fantástico, que lo acorrala hasta alucinarlo por completo.
En esas pesadillas (el significado del título en alemán es "pesadilla") que se reiteran, este joven personaje se aparece él mismo como un lóbrego minotauro.
Piterbarg, que con Fernando Spiner se encargó de adaptar para la TV "Los siete locos" y "Los lanzallamas" de Roberto Arlt, que ahora piensan convertir en un largometraje para cines, habló con Télam de esta producción resuelta con absoluta independencia.
¿Este es un viejo proyecto, no?
Ana Piterbarg: De hecho empecé a filmarlo antes de "Todos tenemos un plan", mientras esperaba que se concrete la financiación de la película de manera totalmente independiente y autogestiva, la escribí y la empecé a rodar. Quedó en el cajón porque apareció Viggo Mortensen y con él la que fue mi primera película, que toma un camino particular
¿Y cómo vuelve?
La retomé y tuvo un largo proceso de terminación porque en todo sentido fue a pulmón.
Además no es para nada convencional...
Es un poco corrida de cierto circuito, incluso después del que ya me asociaban por "Todos tenemos un plan", con una idea más industrial. También fue tratar de descubrir a lo largo de las distintas etapas, versiones de montaje por las que pasé, y de las experiencias de ida y venida con otros técnicos y otros artistas, músicos, sonidistas, un proceso en el que también se fue sumando gente por amor al arte, que íbamos haciendo en la medida que podíamos, algo que fue también demorando el producto final. Fue bueno, como proponerme un camino distinto y en cierto sentido muy libre.
Tras el pase en un working progress de Mar del Plata, un cronista estadounidense habló del proyecto como inspirado en Roman Polanski, quizá por la idea del personaje acorralado. Un poco de eso tiene y también algo del "Eraserhead", de Lynch...
La película nace con la idea de un monstruo pesadillesco persiguiendo al protagonista, una especie de minotauro escapado de algún lado, con esa ambigüedad que tiene el sueño, que se siente tan real y al mismo tiempo pertenece a otro plano. No sabe si lo que soñó fue muy vívido o un hecho real. Hay también una ambigüedad con el tiempo, con lo que pasa en esos dos planos. Tanto Polanski como Lynch son directores que me hicieron interesar en el cine cuando empecé. Busco por esos caminos, no es casual que antes de quedarme con el cine había empezado a estudiar medicina.
¿La historia camina por una cuerda floja?
No sabés si lo que ves es real o no, como el personaje voyeur que empieza a obsesionarse. Es un cine que a mí particularmente me entretiene. Me encanta que haya vuelto "Twin Peaks", que particularmente disfruto mucho. Da bastante miedo animarse con temas como estos. Cronenberg fue clave como referencia para mi otra película. Es un tipo de cine que me encanta, y no porque el realismo sea fácil: siempre hacer una película es difícil, sea el género que sea, el tono que sea, pero hacer cine como el de estos referentes es un desafío extra.
El blanco y negro es otro desafío...
AP: Uno sabe que si hace una película en blanco y negro a priori la recorta a un determinado público. Hay casos excepcionales. Para mí remite a eso del thriller psicológico de los 60 o 70, algo que personalmente creo que construye, como algo que lo corre del realismo en colores.
Hay una narrativa que tiene ver con el pensamiento del protagonista...
La idea era construir el pensamiento de este personaje discontinuo, con sus relaciones personales, amorosas, que es evidente tiene problemas y por el otro lado había un mundo que me resultaba atractivo y me resulta muy simpático, que es el del folclore del actor independiente, muy entretenidas, que fueron apareciendo, lugares comunes vistos desde adentro.
Una especie de juego grupal...
Para poder crear ciertas cosas uno tiene que poder bajar los niveles de prejuicio y permitirse entrar en el juego, que si se mira desde afuera puede ser patético o gracioso. Hay algo de asociación libre, cómo se construye esa lógica del discurso cuando no es lógica, sino tiene que ver con la asociación libre, como si fuera una especie de cadáver exquisito, apelando a lo surrealista, sumo esto y esto... y qué pasa.. Como que una cosa nos va llevando a la otra.
Convengamos que estás asumiendo un gran riesgo.
Para mí la película corre un montón de riesgos. En un momento yo decidí tirarme a la pileta y decir "Bueno, listo", lugares que no son muy seguros incluso para mí misma. Por eso me resulta tan gratificante poder estrenarla y poder compartir esto. Quiero que el espectador pueda entrar en esa "lógica" particular del sueño, la sensación del tiempo, ¿lo soñé, no lo soñé?, ¿se me está repitiendo esto?. En ese "¿me parece o es así?", está la paranoia como un estado delirante de cuando uno está despierto. Todos lo tenemos muy instalado: creo que hay algo de la exposición que alimenta esa paranoia y que si vos la dejás corretear libremente no sabés adónde te va a llevar.
¿Es difícil hacer cine? ¿Es difícil hacerlo aquí?
AP: Pienso que hacer cine es una de las mejores profesiones que pueda elegir alguien en la vida; aunque también es cierto que no es tarea sencilla de sostener, más aún en los tiempos que corren.

23 jun 2017

ALEX DE LA IGLESIA: "EL BAR"

Alex de la Iglesia, uno de los dos grandes creadores del cine español de las últimas tres décadas, vuelve a la carga con su ultimo filme "El bar", una historia que en la linea de las elegidas sus más memorables creaciones aborda a gente común, en lugares comunes, en situaciones extraordinarias, que se estrenará el 8 de junio.
En "La comunidad" fue en un edificio de renta, en "Crimen ferpecto" en una sucursal de El Corte Inglés, en "Balada triste de trompeta" el Valle de los Caídos, en "Las brujas" una cueva, y en "Mi gran noche" un estudio de televisión, mientras que ahora ese lugar común es un bar del centro de Madrid, donde todos en su interior quedan atrapados.
El encierro comienza cuando alguien desde afuera del local dispara mortalmente a alguien que va a entrar allí, después que un desconocido entra a velocidad en el baño mientras un pordiosero dice una sarta de disparates, un grupo de personajes variopintos, incluso un mozo y la propietaria, al no poder huir por la calle, lo intentarán por los subsuelos.
Las sospechas de lo que ocurre afuera son diversas y lógicas, lo que no imaginan es que en función de sobrevivir, todos estos personajes, y los que superen incluso sus propias miserias, irán descendiendo al infierno por infierno, peldaño a peldaño, como en una suerte de "Divina Comedia", a pura violencia, por un minuto más de vida.
De la Iglesia construye su narración como si fuese un cómic, y no le teme a la claustrofobia ni a lo revulsivo, le mete para adelante y lleva a sus personajes a los extremos más delirantes, sin dejar de ser vasco, y observador de la España del presente, convierte a su viaje en universal porque ¿dónde no existen bares y este espejo de personajes?.
El cineasta no está solo, con su guionista mano derecha Jorge Guerricaechevarría, y figuras como Blanca Suárez, Mario Casas, Carmen Marchi, Secun de la Rosa, Jaime Ordoñez, Terele Pavez, Joaquin Clement, el argentino Alejandro Awada, el también autor de de "Perdita Durango", "800 balas" y "La chispa de la vida" asegura que "lo que me motiva hacer cine es el fracaso y la posterior sensación de mejorar".
"Cuando dejas de rodar no puedes vivir: '¿Qué es esta farsa? ¡Pásame un iPhone!' gritas", le dijo a Télam.
-¿Por qué películas corales?
-Es como que en parte se me conocen todos los trucos, me da la sensación de que todo el mundo me conoce más que yo. He hecho muchas que no lo son , pero es curioso comprobar como que el que observa desde afuera tiene la necesidad de encontrar puntos en común entre una y otra, y uno es lo coral. Si, es cierto, porque el protagonista no es uno solo sino muchos y la historia pertenece a una situación, con reacciones diferentes. Si hubiese sido uno solo, la película hubiese estado coja. Es bueno ver a distintas personas frente a un misma provocación.
-La problemática que incumbe a varias personas es la de las miseria humanas...
-¿Hay otro tipo de comportamiento que no sea miserable? ¿Hay un comportamiento altruista, bondadoso en el hombre?... Confío en que si, pero no forma parte de mi lenguaje. No quiero tener una visión pesimista de la humanidad o de mis congéneres, si que existe la sensación de que ese comportamiento miserable es humano y ya no es miserable,
-¿Sólo es cuestión de aceptarlo?
-Es como decir "Reconozcamos que llueve". En el momento que dice que llueve parece pesimista de la vida porque no dices "hace sol", pero el hecho de reconocer que llueve siempre convierte a esa lluvia en algo constante y entonces ya no es digno decir si es buena o mala. El que nosotros tengamos un comportamiento débil o fragmentario, o injusto, nos hace humanos. Hay que convertir eso en algo positivo, que nos una. Todos somos débiles. El reconocer que somos débiles es el primer paso para que todo esté mejor. El problema es cuando todos queremos ser buenos, tener comportamientos normales y estables, y que todos los días sean soleados.
-Gente y lugares comunes en situaciones extraordinarias...
-Pues muy bien expresado. En España, en 1984, hicieron un ciclo con un grupo de películas de (Alfred) Hitchcock y tenía un tagline: "Un pobre hombre metido en una tremenda historia" y de pronto dije, es esto lo que quiero contar: gente que se ve superada por una situación que no controla.
-Es algo común a todos...
-Hombre, yo creo que es la vida. La vida es una película empezada, a la que llegas, te colocan en una casilla, tienes que moverte de una manera y te juzgan por ello, no te dan la oportunidad de controlar la situación, nadie te da instrucciones de cómo hacerlo: oye, si haces esto, esto y esto, sobrevives, o si hace esto, mueres. Nadie te dice cual es el secreto. La vida es un juego en el que no conocemos las instrucciones, las vamos conociendo mientras jugamos... Eso me parece injusto en la medida que nos han dicho que si hay unas reglas.
-Películas con mucho paisaje urbano, real, y a la vez el encierro...
-Para que resulte más verosímil, me gustaría que todo fuese real menos lo que cuento, para que de alguna manera el paquete donde está incluida mi mentira, que es mi historia, resultase atractivo, por lo menos comprable para el espectador, que entienda lo que pasa, que no se sienta engañado.
-El bar, en ese sentido, es un lugar perfecto...
-Lo bueno de un bar es que es un lugar en el que te sientes seguro, un lugar pequeño en el que el drama se establece de la misma manera, tienes relación con gente desconocida que no sabes quienes son, y sin embargo no te sientes obligado a hablar con ellos, puedes rechazar el juego, sentarte, pedir un café e irte, pero tienes la tentación, alguien muy cerca, que puede ser ese ángel que te puede sacar de tu infierno, o un demonio que te empuja al suyo.
-El bar puede ser un diván de psicólogo...
-Más que un diván puede ser un ring, una especie de lugar en el que te enfrentas a una situación pequeña que resuelva tu vida, entonces los problemas se ven con más claridad.
-¿Tus castings son difíciles o en tu cabeza ya construiste personajes específicos para un actor?
-Un poco las dos cosas. Me importa mucho que el actor encaje con lo que yo busco. Pero por otro lado también me gusta descubrir gente para darme cosas. Me da mucho miedo buscar algo seguro y que circunscriba la película a algo ya conocido. Hay que dar la posibilidad de algo nuevo, y en este caso Alejandro Awada ha sido un descubrimiento.
-Alguna vez descubriremos que en realidad somos personajes de un reality dentro de El Corte Inglés?
-El Corte Inglés es el mundo en el sentido de que es un lugar en el que parece que todo va bien, y resulta que no es así. Es cierto lo de los lugares comunes donde se establece una serie de pantomima, en El Corte... la de la felicidad, donde puedes encontrar ese sitio ideal donde vivir, y lo quiere el protagonista de "Crímen ferpecto" es no vivir en ningún sitio porque ninguno es tan bueno como ese y por eso en su casa no tiene nada. Un mundo feliz en donde todo es perfecto.
-¿Y en "El bar"?
-Hay un lugar totalmente imperfecto pero que describe con precisión como es la relación entre los humanos, con sus mentiras e hipocresías, sin embargo, no es tanto la preocupación por lo que ocurre dentro, como cuál es el lugar de donde surge el miedo que ataca a esa estabilidad. En "Crimen.." no hay miedo exterior sino la inseguridad del protagonista, ahora hay como un miedo impuesto, no saben cómo solucionarlo, que sea exterior los tranquiliza, pero luego una sorpresa les aclara que está dentro.
-Ese es el principio...
-Después pasan a una segunda fase, un purgatorio que es el del sótano-almacén, donde se desnudan para encontrarse a si mismos. Pero no llegan a un acuerdo, porque el drama está en ellos mismos, y al pasar por un agujero muy alquímico y metafísico para descubrir el monstruo que llevamos dentro.


Alex de la Iglesia es un amante de los tebeos -como en España le dicen a los comics-, le apasionan historietas -Tintín, Asterix y Obelix-, y alguna vez hasta fue tentado para dirigir en cine una versión del videogame Doom con Arnold Schwarzenegger, que rechazó para seguir en los suyo, el cine y de vez en cuando TV. También admirador de la obra de Luis García Berlanga.

"Ellos lo resumen todo: para qué quieres más. Buñuel y Berlanga, juntos, completan un universo. Berlanga es el director coral, es el que habla de una sociedad, precisamente de la imposibilidad de las relaciones humanas, el que describe con mayor certeza, lo infructuoso que puede llegar a ser persona. Buñuel es todo lo contrario, habla del individuo, de lo que tu tienes en la cabeza, lo que ocurre cuando tu estas solo por la noche en tu cama, y la imposibilidad de conocerte a ti mismo, con un cinismo extraño y preocupante", explica.
"Tanto en lo social como en lo particular, los dos reflejan una sociedad terriblemente semejante, uno con humor el otro con el horror, pero los dos tienen el horror y el humor de fondo, en ámbitos contrapuestos", concluyó,

11 may 2017

CUANDO DANIEL HENDLER VIVISECCIONA LA NUEVA/VIEJA POLÍTICA

En "El candidato", su segundo largometraje como director, Daniel Hendler concentra, en una misma mansión, a un grupo de personajes que ponen en evidencia algunas de las constantes mas ridículas y al mismo tiempo oscuras del mundo de la vieja y la nueva política, signadas por la mentira, las apariencias, y las ambiciones de las que la gente común, la de a pie, no ve y por eso mismo termina siendo víctima.
"Nada es lo que aparenta" parece ser la guía del relato que viene de participar en el último Bafici, que parte de una estructura que mucho tiene que ver con la de un reality show protagonizado por un potencial candidato a un cargo electoral que reúne en una casa de campo, casco de estancia, a un grupo de asesores creativos en busca de definir una imagen.
La trama se encarga en la primera parte, la más extensa, de describir a un cincuentón de una formación política muy básica y una evidente ambición de pasar al frente gracias a un golpe de marketing, que contrata a un equipo para que le construyan la imagen que le permita llegar a la meta de triunfar en una contienda electoral.
El absurdo del "retiro espiritual productivo", el sinsentido del mundo de los asesores y sus "brainstorming" de algo, el vacío de contenido de las marcas políticas, la justificaciones descosidas de tipografías y colores, la búsqueda real o fraguada de emblemas y recuerdos, símbolos y hasta sonidos con el fin de ganar electores sin importar las propuestas. 
Uno por uno, estos personajes van mostrando cual es su rol, en torno a este hombre que no parece tener demasiadas luces sino simplemente la idea de que con dinero se puede llegar a cualquier meta, y lo hace desde ese casco de estancia, sin demasiadas vueltas, al organizar un asado dominguero que será clave en el giro que ese todo pega rumbo al género.
Pero, la pregunta es cómo hace el actor, en este caso director, como lo fue con su ópera prima "Norberto apenas tarde", para pegar el giro de lo que parecía un espejo de lo que ocurre puertas adentro de la construcción de un candidato, en una suerte de thriller, donde aquello de que "nada es lo que aparenta" empieza a mostrar otra verdad.
Y la verdad no es nada linda, y hasta lo que parecía simpático, tonto o inocente, comienza a mostrar la hilacha, situaciones donde los silencios, las miradas cruzadas y los gestos displicentes empiezan a revelar al espectador que algo tremendo esta por ocurrir, como si una serpiente se deslizara por allí para morder a todo aquel desprevenido.
La idea de convertir a todo este cuento en una metáfora de lo que ocurre en el mundo de la política de nuestros días parece ambiciosa e inalcanzable, pero Hendler logra a partir de una historia en escala 1:10, transmitir cómo aquellos que manejan el poder económico pueden, si se lo proponen y sin preocuparse por obstáculos, llegar a la meta.
En realidad, para este tipo de prototipos vale aquello del "todo modo", es decir que "el fin justifica los medios", que revela eso de que la política no es para débiles sino para quienes sin escrúpulos son capaces de mirar a un costado en el momento de dar un paso necesario para cumplir con sus objetivos, que al fin y al cabo son puro poder.
Para construir esta trama Hendler concibe un todo, y esto significa que no solo los personajes y sus dichos son claves, sino también el lugar donde se mueven, una especie de palacete con gran jardín, sus movimientos, sus desplazamientos por el lugar, sin sobresaltos casi hasta el final, y en especial su música, que logra poner un acento clave.
Habida cuenta de que el cine es cada vez más adocenado, que responde a fórmulas de manual, fue acertada la elección de una estructura que nada hacia suponer pegaría un giro de último momento, no peca de tramposa sino que consigue dejar en el espectador el mismo dolor que siente en el personaje más honesto de la historia, al ser estafado y tratado como basura. 
Hendler le da mucha importancia a todos y cada una de las piezas de este rompecabezas, desde el candidato en cuestión encarnado por Diego De Paula, el que le maneja las redes Alan Sabbagh, la asesora Ana Katz, el mano derecha César Troncoso, el diseñador naif Matías Singer, además de hermano de Hendler autor de la música del film, entre otros.
Obra coral, "El candidato" no solo habla de cine con idea en cuanto a narración y caligrafía, sino también de puesta que a la vez apuesta por la independencia en un tiempo donde lo que abundan son formatos vacíos de sustancia, que propone una participación activa del espectador, al que Hendler conmina a reflexionar y sacar conclusiones.

24 abr 2017

BAFICI: ALEJO MOGUILLANSKY Y "LA VENDEDORA DE FOSFOROS"

Alejo Moguillansky, autor de “Castro”, “El loro y el cisne” y “El escarabajo de oro”, obras genuinamente independientes de la productora El Pampero Cine, muestra en la Competencia Argentina del 19° Bafici “La vendedora de fósforos”, un relato que tiene que ver con una pareja en aprietos económicos y su hija: ella asistente de una pianista, él aspirante a regisseur.
Según explica la protagonista en off, sobre los títulos y mientras se escucha una sonata de Beethoven, la ópera experimental es “La vendedora de fósforos”, del alemán Helmut Lachenmann, que tuvo lugar en el Teatro Colón en la temporada 2014, con el estreno acorralado por una serie de medidas de fuerza sindicales.
Hay en el relato una singular simbiosis entre la música, desde Beethoven o Schubert hasta la experimental ópera “meteorológica” de Lachenmann, de gran complejidad y riqueza, acerca de una niña pobre que sale a vender fósforos para sobrevivir y termina muerta de frío, que juega como contrapunto con las vivencias de los personajes del filme.
En ese contrapunto aparece este matrimonio, en especial la mujer que ansía un piano propio y su hija, que es la razón de su vida y se pierde en el laberínticos pasillos del Colón, y también otros personajes interpretados con convicción por María Villar, Walter Jakob y la pequeña Cleo Moguillansky, con diálogos ricos en matices, en especial los referidos a la música experimental.
¿Cómo surgió esta idea de mezclar realidad con ficción?
El rodaje de la película empezó filmando ensayos de la ópera. La puesta de esa ópera ya era en sí mismo algo bastante excepcional: montar una opera de un compositor tan radical como es Lachenmann, un sobreviviente de las vanguardias del siglo XX, en la sala grande era algo completamente novedoso, un hecho político. Se trata de una música que se ubica entre el intérprete y el instrumento, en la resistencia que ofrece un instrumento para ser tocado. Esa política de la música se cruzaba con otra política, que tenía que ver con los problemas a los que acaso estemos más acostumbrados. 
De allí salió el eje...
Los centros de atención fueron la fricción entre estas dos formas de política, sus correlatos, sus contradicciones y paradojas, sus puntos de encuentro. A ese primer acopio de material se le sumó la presencia de Margarita Fernández, una pianista con una sensibilidad inusual. Los fuimos rodeando de ficción, todo en función de generar un entramado de capas entre las cuales los personajes deambulan como sonámbulos. 
¿Qué hay de realidad y qué de ficción?
Los ensayos que vemos en la película son reales. La película después se encarga de incorporarlos al relato y convivir con elementos de ficción. La película le da el mismo tratamiento a todos los materiales, a todos los personajes, a todos los espacios. El mismo nivel de intimidad, la misma cercanía, el mismo intento de acercarse desde el exterior hacia el interior de esas personas. Hay algo de esas personas difícil de nombrar que la película busca desesperadamente, como quien busca un refugio.
Tiene algo de comedia absurda con tensión dramática...
Es probable. De alguna manera todos los materiales tienen algo en común. Hay varias vendedoras de fósforos en este film, hay más personajes cuya tragedia es no tener un lugar en el mundo. Quisiera creer que la película es una oda a los desdichados.
Se desliza una reflexión política, una crítica a la burguesía...
Hay, en efecto, una crítica a la burguesía. La película trata de retratar ese espacio que existe entre la vanguardia artística y la vanguardia política. Siempre existió un mar de contradicciones entre ambas. Cuando el campo de trabajo es el mismo lenguaje, la misma materia con la que están hechas las cosas, la música, las imágenes, la poesía, se genera un abismo con el tipo de pedagogía, demagogia o propaganda que a veces necesitan ciertos discursos. Es un problema inabarcable que la película puede apenas señalar.
¿Hubo guión?
No hubo jamás nada parecido a un guión. Más bien hubo un centro y todas las escenas fueron pensadas como satélites, como lunas de ese centro de gravedad. Cada escena que filmamos nos interesaba en sí misma, en la profundidad a la que se podía llegar, en filmar eso de invisible que pueda filmarse en una persona, en las aristas que pueda tener un cuento infantil. La estructura se creó junto a Jakob luego en el montaje de la película.
¿La música guía al relato o también es protagonista?
El otro día alguien le preguntaba a Margarita cómo se sentía rodeada de Bach, Beethoven, Mozart y Lachenmann en los créditos del film. Ella respondió que Bach, Mozart, Beethoven y Lachenmann eran grandes actores y que desde ese lugar habitaban la película. Creo que el film cuando los expone también los piensa y nos invita a pensarlos, en el modo más afectivo de esta palabra. 
-¿La ves como una propuesta estética para todo público?
Lo masivo es un preconcepto. Lo popular y masivo no tiene por qué estar distanciado de formas críticas o trágicas. Los exhibidores de cine podrían tomar nota de esto. La cartelera de cine, con pocas y admirables excepciones, se ha vuelto inmirable. Hace tiempo desde El Pampero Cine soñamos con la idea de tener un cine. Y no sé qué espera el gobierno para reabrir la Sala Lugones. Es inadmisible que siga cerrada. No se puede matar la cinefilia de una ciudad de esta manera.
Tu hija actúa en el film, y su nombre remite a un filme de Agnes Varda...
Sí, Cleo es mi hija. Aún recuerdo el día que elegimos su nombre. Estábamos junto al fotógrafo de cine Fernando Lockett. Supongo que su nombre viene de "Cleo de 5 a 7". Todos somos hijos de la educación y las obsesiones de nuestros padres. En nuestro caso, ese planeta se llama ficción.