18 jun 2008

Edgar G. Ulmer

En más de un sentido, Edgar G. Ulmer fue un pionero. Se lo conoce como “The King of B’s” y es considerado por muchos especialistas como el padre del cine independiente. Su filmografía, conformada por alrededor de treinta largometrajes entre propios y compartidos, abarcó obras de diferentes géneros, a través de los que hizo un aporte al lenguaje del cine, revaluado desde la década del 50 por la crítica europea nuevaolista, y a consecuencia de la perspectiva que permitió el primer siglo de su nacimiento en 1904 (más de tres décadas de su muerte en 1972), recuperado con admiración por un significativo grupo de cinéfilos de todo el mundo. Para muchos, Ulmer fue mucho más que el cineasta capaz de rodar una película como “El desvío”, en solo seis días, anticipándose a las hazañas que Roger Corman también convertiría en legendarias a finales de la década del 50 y principios de la del 60.
Su vida como cineasta, fue rescatada por el documental “Edgard G. Ulmer-Der Mann in Off” (es decir “El hombre en off”), coproducción entre Austria, Alemania y Estados Unidos, dirigida por el también montajista y músico austriaco Michael Palm, impulsada por Arianna Ulmer Cipes, hija del cineasta, en 2004, programada en los festivales de Rótterdam y Tribeca en 2005.
La carrera de Edgar Georg Ulmer, oriundo de una familia judía de Olmüz, en Moravia (cuando todavía era parte del imperio austro-húngaro) actualmente Checoslovaquia, comenzó tras emigrar desde Viena a los Estados Unidos en la segunda mitad de la década del 20, igual otros europeos ya famosos o camino a conquistar Hollywood, como Freidrich W. Murnau, Robert Siodmak y Billy Wilder. Fue poco antes de que el cine aprendiera a hablar, que comenzó a dar órdenes de tras de una cámara, un western dirigido por Robert N. Bradbury. Sin embargo, su primer momento culminante llegó cuando logró reunir a Boris Karloff con Bela Lugosi en “El gato negro” (1934), un clásico de los Universal Studios y el primero de los largometrajes con su firma que llegaría a estrenarse en la Argentina. Una de las curiosidades de aquella película, supuestamente inspirada en el cuento de Edgard Alan Poe (que como otras de su autoría se reponen con frecuencia en el canal de cable Retro o en ciclos del Malba), fue el uso de decorados de vanguardia, que recuerdan a los de “El gabinete del Dr. Caligari”, del alemán Robert Weine. Tras aquel éxito, Ulmer se quedó en Nueva York para codirigir películas con temáticas hasta entonces no abordadas por la industria, historias con negros, indios sioux, o con emigrantes húngaros, ucranianos judíos como protagonistas, estas últimas incluso habladas en idiomas como el yiddish y el hebreo, tal el el caso de “El rabino americano”.
De una década después data “Los crímenes de Gastón Morel” (1944), título local para la historia de Barbazul, en una memorable versión con John Carradine, a la que siguieron obras igual que las anteriores filmadas con bajo presupuesto (pocos miles de dólares) y a toda velocidad como “La isla de los pecadores” (1943), el thriller “El desvío” (1945), “Flor de insidia” (1946), “Carnegie Hall” (1947), “El hombre del Planeta X” (1951), “El muerto desaparecido” (1955), “La mujer del otro” (1955), “La hija del médico y la bestia” (1957), inspirada en los personajes de Robert L. Stevenson, “El ladrón invisible” (1959), el delirio de ciencia ficción “Traspasando la barrera del tiempo” (1960), el peplum “Anibal” (1960), con Victor Mature y Gabrielle Ferzetti y “La Atlántida” (1961), con Jean-Louis Trintignant y Amadeo Nazzari, con la que anticipa su retiro, una década antes de su muerte en 1972.
Palm rompe el esquema de entrevistados sentados hablando frente a cámara, haciéndolos exponer sus ideas, en su mayoría, dentro de coches que circulan verdaderamente por la calle o simulan hacerlo, como ocurre con o con los directores John Landis y Joe Dante, que discuten acerca del cine de Ulmer mientras pasean por las calles de Hollywood, o con la actriz Ann Savage (que fuera protagonista de “El desvío”), respectivamente. En el trabajo, de poco más de una hora de duración, se escuchan fragmentos de grabaciones con testimonios del mismo Ulmer, así como desfilan numerosos entrevistados –entre ellos el historiador y cineasta Peter Bogdanovich, Wim Wenders, Roger Corman, Peter Marshall y John Saxon, entre otros-, y curiosos clips-backstages tomados en los rodajes de varias de sus obras.

Claudio D. Minghetti